¿Qué es el marketing natural?
Lo natural está de moda y en el marketing lo está más que nunca. El llamado marketing natural consiste en ayudar a las empresas a que puedan planificar todos los recursos y herramientas disponibles para lograr sus objetivos empresariales. Sin embargo, la diferencia entre el marketing natural y el que se hace normalmente radica en que el primero siempre prioriza el bienestar de las personas.
Así, el objetivo principal del marketing natural consiste en construir relaciones comerciales a largo plazo. Las relaciones que se establecen están basadas en la confianza, el respeto, la profesionalidad y la aportación de valor mutuo entre cliente y proveedor.
¿Cómo conseguir todo eso? Priorizando las necesidades e intereses de las personas con el fin de ganarse su confianza.
Un consumidor empoderado
La clave para conseguir realizar correctamente este tipo de marketing, indican desde Hayas Marketing, consiste en centrarse en las personas. Para ellos, una empresa centrada en las personas “es aquella que por un lado empodera a todos sus empleados y les capacita para que puedan realizar mejor su trabajo. Y, por otro lado, empodera igualmente a los clientes actuales y futuros, para que puedan tomar la mejor decisión de compra o contratación”.
Aconsejan, por tanto, trabajar enfocándose en mejorar la experiencia del empleado y la del cliente. En ese sentido, recuerdan que el consumidor actual es un consumidor digital. Ahora es el consumidor el que ha tomado las riendas en la relación comercial. Detallan que este tipo de consumidor “se ha empoderado” y ya no quiere interrupciones. “Solo va a permitir que le acompañen en su viaje como consumidor a las empresas y marcas amables que le ayudan y le aportan valor real”.
«El beneficio es el fin, y las personas el principio que harán lograr ese fin»
Aparte de eso, instan a eliminar lo sobrante, pues actualmente se vive en un escenario “donde cada vez todo es más complejo, ambiguo, volátil e incierto”. Así, abogan por reducir el gasto superfluo, minimizando los riesgos y mejorando la eficiencia de los procesos.
“La toma de decisiones no pueden partir de hipótesis ni de ocurrencias para maximizar el beneficio. El beneficio es el fin, y las personas el principio que harán lograr ese fin”, alegan. Del mismo modo, señalan que es importante también disponer de un sistema de mejora continua.
