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Yoga y disciplina positiva para educar creciendo junto a los hijos

Alvaro Sanchez Leon| 5 de diciembre de 2020

Vanesa Lorenzo es una de las modelos españolas con más proyección en las pasarelas internacionales. Su vida pública comenzó precoz en la publicidad y en el cine, después dio el salto a la moda, y ahora su prioridad es ser la mejor madre posible a la que aspiran sus hijas. Un toque de paz y excelencia acompañan su carrera vital, y en ese trayecto cuenta con dos compañeros de camino que le estimulan a perseverar: el yoga, y la disciplina positiva.

De alguna forma, acertar en la educación de sus hijas le ha cambiado la perspectiva, y eso se lee en Crecer juntos, un libro casi recién salido del horno editado por Planeta. El subtítulo lo resume todo: “Yoga y disciplina positiva para afrontar los retos de la educación”.

Hablamos con una mujer que ha acaparado las portadas de las revistas más importantes del mundo y que ahora está centrada, sobre todo, en salir en la portada de la vida de su familia. Hablamos con una madre modelo que viene de un mundo de flashes y está empeñada en que sus hijas, y los hijos de muchos lectores, tengan luz propia en este universo complejo donde educar bien es el reto del que dependen las felicidades del futuro.

Hay personas de su edad y de su mundo profesional que creen que la maternidad es una carga. En su libro Crecer juntos queda claro que ser madre le ha hecho feliz.

La maternidad ha supuesto renuncias, pero han sido voluntarias. Eso me ayuda a aceptar la nueva etapa de forma más orgánica y poder disfrutarla. El reto de la educación me parece fascinante y muy enriquecedor.

En Crecer juntos habla usted de practicar yoga con los hijos, de pasar tiempo con ellos, de avanzar de la mano. Las asistentas y la tecnología no educarán a nuestros hijos, o los educarán mal.

La educación es compleja y requiere esfuerzo por parte de los padres. Necesitamos revisar patrones y revalorarlos, porque los tiempos han cambiado y la educación debe de adaptarse a las necesidades y a las características de nuestra sociedad. El uso de los dispositivos electrónicos es adictivo y prefiero apostar por fomentar momentos de conexión, tanto con uno mismo, como con los demás en el hogar, y la práctica del yoga puede ayudar mucho en ese aspecto.

 

“El uso de los dispositivos electrónicos es adictivo y prefiero apostar por los momentos de conexión. La práctica del yoga puede ayudar mucho en ese aspecto”

 

¿Por qué el yoga ayudará a nuestros hijos a ser más libres y tener mejor criterio para el mundo que les espera?

El yoga y la disciplina positiva nos ofrecen herramientas que pueden ayudarnos a que nuestros hijos se conviertan en seres respetuosos, capaces y responsables. El yoga ayuda a encontrar momentos de calma y cultivar la salud mental y física, y la disciplina positiva, entre muchas otras cosas, promueve el pensamiento crítico, una capacidad muy importante para enfrentarse al mundo presente y futuro.

¿El yoga ayuda a educar las emociones?

El yoga ayuda a gestionar mejor las emociones, porque te conecta contigo mismo, y en ese estado es más fácil reconocerlas y reconducirlas. La respiración es clave en la práctica del yoga y está ligada intrínsecamente a nuestras emociones. Aprender a usar la respiración de forma consciente y poder controlarla puede servir para redirigir estados de nervios, ansiedad o estrés.

El yoga es una tendencia, y como tendencia, está llena también de intrusismo y humo. ¿Cuál es su experiencia para recomendárselo a las madres y padres?

El yoga se está introduciendo en nuestra sociedad, pero no diría que es una tendencia, porque es una práctica milenaria con grandes beneficios para la salud. Y creo que ha llegado a Occidente para quedarse. Llevo practicándolo unos 20 años, pero he querido contar con una profesora de yoga infantil con muchos años de experiencia en la materia para poder compartir en el libro un contenido profesional de la forma más amena y divertida posible, tanto para los padres como para los hijos.

En estas páginas, de alguna manera, reivindica que los adultos nos hagamos como niños para ponernos a la altura de los hijos. Mirar a los ojos, y no al cogote y desde arriba, traería consecuencias positivas.

La disciplina positiva entiende que todo ser humano debe ser tratado con igual dignidad y apuesta por una convivencia de respeto al adulto, respeto al niño y respeto a la situación. Este pequeño gesto de mirar a los ojos favorece la conexión, algo que facilita la cooperación del niño.

¿Qué porcentaje de habilidades psicológicas se necesita para ser padres? ¿El cariño entiende mejor a los nuestros que la Psicología?

Ser padres no significa que seamos buenos educadores. A mí no me da miedo buscar herramientas, pedir ayuda y aprender para hacer la tarea más importante que puede tener un ser humano: educar a tus hijos. Mi propuesta es acompañar a nuestros hijos con mucho amor, por supuesto, y si puede ser, entendiendo los procesos de desarrollo por los que pasa con herramientas pedagógicas.

¿Cómo debe ser una infancia convencional en 2020 y cómo podemos aprovechar esta pandemia, que nos tiene más en casa (pienso en la Navidad), para dar un salto de calidad en el trato con nuestros hijos?

Durante el confinamiento estuve redactando este libro. Mientras releía los capítulos, trataba de poner en práctica muchos de los ejemplos y ejercicios que se proponen, tanto de disciplina positiva, como de yoga. Me ayudaron muchísimo. El yoga me sirvió a sobrellevar la incertidumbre y el estrés de esos días, y la disciplina positiva me animó a fomentar una conveniencia más amable y de cooperación, cuestiones fundamentales para afrontar los momentos de tensión a los que nos enfrentábamos. Y ahí seguimos, con muchas horas de convivencia en el hogar, intentando aprender a convivir desde el respeto y el amor.

¿Aconsejamos un poco de yoga también a los padres sobreprotectores que tienen pánico a distanciarse de sus hijos, o a que se equivoquen?

El yoga me hace tanto bien a nivel global que no me canso de recomendarlo. Con respecto a sobreproteger a nuestros hijos: para mí es importante tener presente la importancia de acompañarlos y ayudarles a gestionar los momentos difíciles, pero sin pretender evitar a toda costa su sufrimiento. Si hacemos todo por ellos, les ponemos más difícil que desarrollen sus capacidades. Dejar que se equivoquen promueve la autoestima.

 

“Si hacemos todo por nuestros hijos, les ponemos más difícil que desarrollen sus capacidades. Dejar que se equivoquen promueve la autoestima”

 

Cuenta que, en el mundo de las modelos, quienes fueron por mal camino venían de familias desestructuradas. ¿Somos conscientes de las consecuencias de esta crisis familiar sobre las generaciones futuras?

Creo firmemente que la base de valores y patrones que se fomentan en la infancia son fundamentales para el futuro de un ser humano.

¿Qué debe ser una familia?

Un núcleo de confianza, amor y respeto.

¿Ser una buena madre es su mejor éxito?

Ser una buena madre o un buen padre es un deber.

¿Lo pone fácil esta sociedad?

Creo que hay muchas cosas que debemos mejorar en la sociedad para ayudar a las madres.

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