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Audi está creando los líderes del futuro

Miguel Angel Gomez| 17 de julio de 2023

Hace tiempo que, para Audi, el futuro es una cuestión de actitud y, como consecuencia, está en su propósito la generación del progreso necesario en la sociedad para construir un mundo mejor. En este sentido, su compromiso social queda reflejado con la iniciativa social y educativa Audi Creativity Challenge, que está potenciando el valor de las ideas creativas, fomentando las actitudes innovadoras y apoyando el talento de los jóvenes españoles.

 

Ya son ocho las ediciones celebradas bajo esta iniciativa, alcanzándose la nada desdeñable cifra de participación de más de tres mil equipos y de más de nueve mil estudiantes de ESO, Bachillerato y Ciclos Formativos de Grado Medio que han presentado sus proyectos para dar respuesta a los diferentes retos de innovación planteados en los ámbitos social, educativo, cultural y de la movilidad.

La última final, celebrada el pasado 17 de junio en Madrid y magníficamente presentada por David Andrés —uno de los ganadores de la primera edición—, reunió a un total de diez equipos de alumnos de las comunidades de  Andalucía, Aragón, Baleares, Cataluña, Galicia, La Rioja, Madrid y País Vasco, seleccionados entre los más de quinientos inscritos en esta edición.

Equipos que presentaron propuestas que respondían al reto de cómo innovar en el ámbito de lo social para mejorar el bienestar de las personas y su entorno. En concreto, proyectos relacionados con la salud mental de los jóvenes, el ciberacoso, el acoso escolar, las personas con Alzheimer, la inserción laboral de personas con diversidad funcional, el voluntariado ambiental y la generación de electricidad a través de ondas sonoras, placas solares inteligentes y zapatillas.

 

Fusion JOM ha ganado la octava edición del Audi Creativity Challenge con el proyecto Social TakeOff.

Y de entre todos ellos, fue el equipo Fusion JOM —perteneciente al centro educativo IES Eugeni d’Ors de Vilafranca del Penedès (Barcelona)— el que se alzó con el triunfo gracias a su proyecto Social TakeOff, una plataforma que permitirá a los estudiantes desarrollar habilidades sociales y emocionales para prevenir el acoso escolar. El jurado —compuesto por Olivia Mandle, ecologista y defensora de los derechos de los animales; Mina El Hammani, actriz; Xavier Verdaguer, fundador de Imagine Creativity Center en Silicon Valley; y José Miguel Aparicio, director general de Audi España— no lo tuvo nada fácil. José Miguel Aparicio destacó el potencial del proyecto ganador y el compromiso de Audi para seguir apoyando el talento de los jóvenes: “Durante las ocho ediciones de esta competición hemos podido constatar que los jóvenes tienen ideas increíbles y estamos muy orgullosos de contribuir a que crean en sí mismos y lograr que centros educativos de toda España apoyen la iniciativa”, declaró.

 

Y como premio… a Silicon Valley

El reconocimiento para los integrantes del equipo ganador (Marcel, Om, Oriol y su driver, Rubén) se culmina con un viaje durante este mes de julio a Silicon Valley (cuna mundial de la innovación y la tecnología) con el objeto de desarrollar en profundidad su proyecto en el centro de innovación disruptiva Imagine Creativity Center, teniendo la oportunidad de aprender de profesionales de empresas líderes como Google, Apple, Netflix, Facebook o Twitter. Al regresar a España, el proyecto se presentará a diferentes partners y posibles inversores con el objeto de intentar su implementación.

 

JOSÉ MIGUEL APARICIO
DIRECTOR GENERAL DE AUDI ESPAÑA

 

¿Cómo surgió una iniciativa como esta?

Es una iniciativa muy vinculada con nuestro propósito como marca de ayudar al progreso y proporcionar una vida mejor a las personas. Audi Creativity Challenge pretende fomentar la creatividad y la innovación en los más jóvenes y en diferentes ámbitos, haciendo que nuestros adolescentes crezcan en la confianza de poder cambiar el mundo.

 

¿Por qué enfocasteis la iniciativa en jóvenes entre 12 y 18 años?

Porque nos parece que podemos causar un gran impacto. Vamos a colegios y les proponemos que generen equipos. Cada año tenemos más equipos, este año se han inscrito 536. Eso nos permite llegar a más de dos mil personas que, a lo largo del año, siguen un método de creatividad y de innovación que se llama Método Lombard. Creemos que todas ellas reciben el impacto de sentirse capaces de crear y que en esa franja de edad es donde se están formando los futuros líderes de nuestro país.

 

A lo largo de estas ocho ediciones, ¿cómo ha evolucionado el interés de los colegios en participar?

Por un lado, hay colegios que presentan candidaturas constantemente, que han incorporado como un aula de extraescolares específica el Audi Creativity Challenge. Incluso hay colegios que presentan cuatro y cinco equipos cada año. Vemos que cada vez hay más representación de todas las comunidades autónomas y en este proceso hay un feedback de enriquecimiento. Por otra parte, el Audi Creativity Challenge es un reflejo de lo que está pasando en nuestro entorno: este año hemos visto los problemas mentales, el ciberacoso, la inteligencia artificial, y coincide con la conversación en la que está nuestra sociedad. Como evolución, vemos que los equipos cada vez presentan proyectos más avanzados, más experimentados, más testados y con una repercusión local importante. El impacto va creciendo año a año.

 

Entre los centros educativos públicos, concertados o privados, ¿notáis una mayor participación de alguna de estas tipologías?

No, tenemos representación de todos. Depende más de que existan figuras, que denominamos drivers, y que son esos profesores que tienen un instinto vocacional y que pretenden dar esa milla extra y aportar ese grano adicional, que de la naturaleza del centro. Nos estamos encontrando drivers que son absolutamente vocacionales, que lo están impulsando año tras año, que disfrutan haciéndolo y que lo están impartiendo ya con un carácter metodológico. Y me refiero no solo al Audi Creativity Challenge sino al concepto de desarrollar proyectos de innovación dentro de los colegios.

 

Echando la vista atrás, ¿qué repercusión han tenido proyectos de ediciones anteriores en la sociedad?

La mayor satisfacción es ir a Lanzarote y encontrarte en los principales monumentos unos códigos QR que recogen vídeos con testimonios de personas mayores locales, que es un proyecto de una edición anterior que se llama Palabras Mayores y que empezó con la pandemia analizando el problema de las personas mayores que estaban solas y olvidadas. Esas cosas ponen los pelos de punta. Otro ejemplo es el de unas chicas de un colegio gallego que diseñaron un libro solar para trasladar educación a campos de refugiados y zonas pobres de África conectando por una parte con el colegio de Europa y por otra parte proporcionando contenidos dentro con sus temáticas. Pero el principal objetivo de nuestra iniciativa no es tanto crear startups, porque si ese fuera el caso no nos dirigiríamos a chavales adolescentes. El propósito es hacer pensar, crecer y creer que nuestros jóvenes son capaces de mover el mundo. Después de ocho ediciones, me atrevo a afirmar que entre los ganadores y finalistas de cada año hay líderes de futuro en nuestro país.

 

¿Cuál es el futuro de esta iniciativa?

Afortunadamente, en Audi España tenemos una gigantesca comprensión por parte de nuestra matriz, que al fin y al cabo es quien autoriza la realización de proyectos de responsabilidad social corporativa, y tenemos tan impregnado en nuestro ADN que es un proyecto clave que lo vamos a extender y continuar con él. Es algo que hacemos con el corazón y lo sentimos tanto, y lo hemos vivido tanto, que ni nos cuestionamos que no continúe. De hecho, lo vamos a potenciar más: con la nueva fase de Audicrea Start vamos a incubar ocho proyectos cada año para ayudar a que sigan avanzando.

 

XAVIER VERDAGUER
FUNDADOR DE IMAGINE CREATIVITY CENTER

 

¿Qué es Imagine Creativity Center?

Es un centro de innovación que fundaron un grupo de emprendedores españoles en California hace doce años con el objetivo de ayudar a empresas españolas a innovar trabajando durante un tiempo allí. La versión social es no llevar solo empresas allí, sino también a jóvenes como los de la Audi Creativity Challenge.

 

¿Cómo se decide la composición del jurado?

Pues se busca tener cuatro visiones. Una es la de la marca; otra es la de la innovación o el emprendimiento, que es la que llevo yo; otra tiene que ver con el reto, por lo que viene alguien experto en sostenibilidad o en innovación social; y luego alguien que suele ser del mundo del cine porque el ejercicio de comunicación de la presentación final es muy relevante, y es una de las habilidades que los jóvenes tienen que trabajar más en este concurso. Y que alguien lo evalúe es interesante.

 

¿Cómo ves la evolución de esta iniciativa?

Espectacular, sobre todo por la temática. Empezamos con retos muy vinculados a la movilidad, a la cultura y a la educación, pero cuando se encontró el filón social (que a priori nos hacía preguntarnos si a los jóvenes les iba a interesar resolver problemas sociales) lo que vimos es que, realmente, que ellos observen su entorno y detecten problemas en su barrio, en su ciudad, en su país, y que no solo se queden en la protesta y que pasen de esta a la propuesta, ha sido el gran cambio de este concurso y lo que lo ha disparado hacia arriba.

 

¿Ha sido la pandemia un antes y un después en cuanto al tipo de proyectos o de problemas detectados en la sociedad?

Totalmente. La pandemia ha provocado muchos problemas mentales en los jóvenes, mucho más acoso digital, y se nota. Mucha de la inquietud que hay en los jóvenes de solventar problemas de depresión viene porque estamos acumulando la que supuso para muchos de ellos la pandemia.

 

¿Cuál es el principal obstáculo en el que “encallan” la mayoría de los proyectos que se presentan?

La generación de ideas es algo que ellos hacen muy bien, porque son muy creativos y tienen un montón de ideas. Luego, lo que les enseñamos es que para que la idea sea muy buena tienes que demostrar tres cosas, y esta es la validación: que sea factible técnicamente (demuestra que esto se puede implementar), que sea deseable (que hay usuarios y personas que van a querer utilizarlo) y que sea viable (que tengas un modelo de negocio que lo soporte). Esto es una criba total.

 

¿Qué elemento ha sido clave para el proyecto que ha ganado la última edición?

Han sido varios. Uno es el equipo, y este demostró desde el momento en el que les comunicamos que eran finalistas hace tres semanas que han trabajado y crecido mucho. Nos han demostrado que, si les damos la oportunidad, la van a aprovechar. Luego, hay muchos proyectos que han abordado el acoso escolar desde la generación de una aplicación móvil, pero ¿cómo y quiénes se la van a descargar? Sin embargo, ellos han abordado el sistema educativo generando conciencia a través de los docentes, que tiene muchos alumnos, dándoles herramientas muy buenas para que puedan ayudar a los alumnos que sufren ciberacoso. Abordarlo desde la educación ha sido clave.

 

¿Cuál sería el mensaje a lanzar con esta iniciativa?

A los jóvenes está muy claro: levantaos del sofá, levantad la cabeza de la pantalla, mirad a vuestro alrededor, no bajéis los brazos resignándoos con lo mal que está todo, y activaros pasando de la protesta a la propuesta. A los adultos, a las compañías y a la Administración, que no subestimen la capacidad de los jóvenes, porque nos están demostrando que cuando se les da voz son capaces de hacer propuestas increíbles. Pero no solo generando la idea, sino también implementándola. Permitámosles que ellos arreglen un presente que les hemos dejado tan mal para que puedan tener un futuro mejor.

 

¿Cómo ha resultado la experiencia de llevar a un equipo de personas tan jóvenes lejos de su entorno habitual para desarrollar su proyecto?

El viaje transforma. Nos llevamos un talento extraordinario muy seleccionado y, por un lado, a ellos les permite trabajar en el proyecto para implementarlo, pero por otro lado, es un viaje de gran crecimiento personal, porque se van a la meca de la innovación (que es Silicon Valley), donde allí además de tecnología lo que hay es una actitud y unas ganas de querer cambiar las cosas que, a la vuelta, todos se convierten en generadores de cambio.

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