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Paco Muro: “Mis verdaderos influencers son los profesionales que hacen bien su trabajo porque así sienten que debe ser”

Redaccion| 15 de enero de 2019

Hablamos con Paco Muro, presidente ejecutivo y socio fundador hace 25 años del grupo OTTO WALTER International, especialistas y líderes en la mejora de Comportamientos Profesionales de directivos y comerciales. Es uno de los mayores expertos en management de habla hispana, realiza conferencias de referencia en temas de dirección, ventas, motivación y cambio, participa en eventos de primer nivel como el Congreso Mundial del Talento, ejerce labores de consultoría para el desarrollo de directivos, y es colaborador habitual en medios y foros económico-empresariales tanto en prensa escrita como en tertulias de radio, televisión e Internet.

Por si esto fuera poco, es autor de 5 best-sellers internacionales de temas empresariales, traducidos a 7 idiomas: El Pez que no quiso evolucionar, Ir o no ir, El arte de la prudencia profesional y No más jefes irritantes ni empleados tóxicos, con unas ventas de más de 400.000 ejemplares. Su último éxito, G.E.R. Gestión eficaz de recompensas, editado por Empresa Activa, ya puede encontrarse en librerías. En él, nos habla arte de premiar para motivar, sobre cómo manejar adecuadamente las recompensas en el trabajo, donde casi tan importante es el “CÓMO SE DA” como “LO QUE SE DA”.

¿Qué podemos encontrar en su nuevo libro G.E.R. Gestión eficaz de recompensas? ¿El arte de premiar para motivar?

Sobre todo respuestas. Hace poco un directivo que leyó el libro me comentaba que asistía a muchas conferencias y leía mucho sobre motivación y liderazgo, pero pocas veces encontraba pautas de qué hacer, de cómo trasladar eso a lo cotidiano, y que este libro sí lo había dado muchas respuestas concretas y realistas de qué hay que hacer y cómo aplicarlo.

Está claro que todos queremos que haya motivación, empoderamiento, eficacia, trabajo en equipo y alto rendimiento, pero ¿cómo se logra? ¿qué puedo hacer yo, jefe, con mi equipo para que todo esto pase? Estas son las dudas e inquietudes reales de los jefes reales y lo que he pretendido con esta obra es justo eso, aportar consejos y acciones de qué hacer y qué no hacer para que las cosas vayan mejor.

¿Cuáles son las malas recompensas?

Las que no sirven para lo que se pretendía recompensar. Han costado esfuerzo y/o dinero y resulta que han sido inútiles. Aunque aún son peores las que logran el efecto justo contrario al que se quería. Si a un niño que no para de patalear y gritar en un supermercado que quiere una chuche se le recompensa con una para “que se calle”, ¡prepárate para lo próxima visita al súper!

¿Qué es para usted un influencer? ¿Se considera a sí mismo uno de ellos?

Creo que uno no se hace influencer, sino que es algo que te otorgan los demás. Te dan el permiso y la importancia para que les influyas. Una vez que estás ahí, si deseas seguir, adquieres un compromiso con tus seguidores ya que no debes decepcionarlos. Son gente que te considera tendencia y persona a tener en cuenta, y eso es una enorme responsabilidad.

No creo que yo sea influencer en el sentido de que me sigan muchos, pero desde luego tanto yo como todos en mi empresa nos dedicamos a influir en los profesionales que nos dejan que les ayudemos a mejorar, incluso en muchos de los que no se dejan, para que realmente cambien y mejoren su forma de hacer.

¿Cuál es el mayor error que puede cometer un líder en un entorno laboral?

Hay tantos que es difícil priorizar. Y es que dirigir personas es muy complicado, y encima debes hacerlo presionado por unos resultados económicos que son los que dan sostenibilidad a todo. Exigir y motivar, rendimiento y buen rollo… ¿cómo lograr eso con todos y en toda circunstancia? Eso sí, lo que nunca debe provocar un directivo (ya no le llamaría un líder) es perder el respeto de su gente buena ni faltar el respeto a su gente leal. Ese es un límite inquebrantable.

¿Cuáles son las claves del éxito en un trabajo?

Simplificando sería lograr un buen resultado estando todos contentos y orgullosos del trabajo realizado, tanto los trabajadores como los clientes, y cobrando el precio que merecía.

 

“La competitividad es provocar un entorno de reto positivo”

 

¿Cómo se puede crear un entorno más competitivo?

Un jefe puede cargarse a un equipo capaz muy fácilmente, e igualmente puede crear un entorno competente y de alto rendimiento. Se trata de alinear todo para que así suceda: las recompensas, los mensajes, el trato, la formación y las decisiones, todo ello cuidando siempre el buen clima laboral. Diría que se trata de provocar un entorno de reto positivo, donde hay alta exigencia, orgullo profesional y buen trato, todo ello bien guiado y conjuntado.

Recientemente, se volvía a abrir el debate de la duración de la jornada laboral, ¿es más productivo trabajar 60 horas en vez de 40 o es al revés?

Se trata de trabajar bien. Lo de las horas hoy ya es una quimera. Con Internet, los móviles actuales y la comunicación digital permanente uno trabaja ya diversas horas casi sin darse cuenta. Creo que 37 o 40 horas semanales está bien como base, y estoy a favor de poner límite de horas, luego cada uno sabrá lo que debe hacer. Si trabajas bien y a gusto da igual. 20 horas trabajando en un lugar que no te gusta es una eternidad.

¿Por dónde pasa una verdadera conciliación laboral?

Por que la alta dirección y cada mando de la empresa esté involucrado en ello. Los profesionales que trabajan bien tienen derecho de irse a la hora, de tener una buena vida personal y de que la empresa sea fiel con ellos ayudándoles con apoyo cuando lo necesitan por problemas familiares o situaciones personales. Solo desde ahí los jefes adquieren la fuerza moral para exigir rendimiento y lealtad.

 

“Los buenos jefes no temen decidir ni que les juzguen por actuar”

 

¿Jefe se nace o se hace? Desde su experiencia, ¿qué determina a un líder?

El jefe se hace…, pero hace falta una “madera” básica que, si no se tiene, será muy complicado liderar equipos. Hay un “algo” que tienen los buenos jefes que es el querer mejorar las cosas, el no temer decidir ni que les juzguen por actuar. Eso hay que tenerlo y no se puede inculcar.

A partir de ahí, hay que formar los comportamientos, porque nadie nace sabiendo cómo exigir bien, cómo corregir y amonestar con firmeza y corrección, cómo influir bien, cómo comunicar lo delicado, cómo alinear al equipo, cómo interactuar con cada uno, cómo reunir al equipo… Todo eso hay que aprenderlo y perfeccionarlo, porque tiene su técnica.

Claro que las ganas y el compromiso de aprender están en cada uno. Los jefes que se cierran a formarse, que por pura debilidad interior se encierran en una coraza de prepotencia y sandez, difícilmente mejorarán. Hay una humildad grande en un jefe fuerte y ejemplar, y una humildad muy pequeña en los jefes malos.

¿A quién admira?

A muchísima gente. Tengo la suerte de tratar con miles de directivos, jefes y profesionales de multitud de empresas de todos los sectores y en varios países, y sigo encontrándome continuamente con personas increíbles, con unos valores y unas formas de hacer impresionantes. Esa es la gente que más admiro, los comprometidos en mejorar y dirigir bien para estar a la altura de lo que sus empresas y sus equipos esperan de ellos, los profesionales que hacen bien su trabajo porque así sienten que debe ser, sin que nadie tenga que estar encima para que así sea. Son mis verdaderos influencers, crean el ejemplo a seguir en cada departamento y equipo, y se ganan el cariño y el respeto de todos.

Humildad, respeto, compromiso y buen hacer son las bases para que todo entorno laboral pueda despegar, con jefes y trabajadores juntos siempre en el camino del aprendizaje y la superación de nuevos retos.

 

Por Ana Matías

 

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