Skip to main content

Mapfre reconoce su crítica situación tras una década de gestión de Huertas

Ángel Sánchez| 29 de julio de 2021

Mapfre empieza a reconocer los graves problemas por los que atraviesa. Así, la aseguradora ha puesto en marcha un «plan de bajas voluntarias”. Aunque eso sí, dirigido a unos perfiles muy concretos tanto por el área (operaciones de seguro en España) como por los requisitos (edad y permanencia). El objetivo de esta reestructuración, y las que vendrán, es «adaptar los recursos a los nuevos avances en digitalización”. En otras palabras: mejorar la rentabilidad de la compañía.

Huertas cumplió el pasado 10 de marzo nueve años al mando de la mayor aseguradora de España con un bagaje dispar. Así, para los accionistas de Mapfre ha sido un periodo negro en el que han perdido mucho dinero. De hecho, si se pone la lupa en la cotización de la compañía desde diciembre de 2011, cuando el consejo de administración de la firma aprobó su designación, esta ha caído en más de un 35%. El resultado para los poseedores de los títulos de la aseguradora es todavía peor, dado que su evolución es peor que la del propio Ibex.

Pero los años del extremeño al mando de la compañía también han dejado buenas noticias. A él y al resto de ejecutivos y consejeros que le han acompañado. Así, Huertas ha obtenido durante sus años como presidente más de 15,3 millones de euros. Una cantidad nada desdeñable que, además, ha ido creciendo con fuerza con el paso del tiempo. De hecho, mientras que su primer sueldo, en 2011, fue de 957.000 euros, el último cobrado íntegramente ha ascendido a 2,27 millones, lo que supone un incremento del 137%.

 

EL BENEFICIO DE MAPFRE SE HA DERRUMBADO EN LA ETAPA HUERTAS

Y ese porcentaje sería más grande si no hubiera sido por la pandemia, que ha limitado el cobro variable. Así, si se tiene en cuenta el último sin efectos extraordinarios (que es el de 2019), la retribución ascendió a 2,6 millones, un incremento del 172%. Mientras se ha venido produciendo una caída del 35% en la valoración de la compañía, reflejo de lo mal que le ha ido a la aseguradora tanto a nivel económico como financiero.

 

HUERTAS SE HA LLEGADO A INCREMENTAR EL SUELDO EN UN 172%, HASTA LOS 2,6 MILLONES DE EUROS

 

Empecemos por el negocio. Mapfre ha logrado superar una vieja promesa de Huertas a su llegada: superar los 25.000 millones en ingresos. Ese punto a favor, sin embargo, arrastra demasiadas deficiencias. En primer lugar, que es una cifra con muchos asteriscos, ya que algunos portales especializados la reducen porque incorpora partidas que no debería. Bloomberg, por ejemplo, apenas le da 23.665 millones. Por otro lado, porque más ingresos no está suponiendo (ni mucho menos) mejores resultados.

Así, el desempeño del negocio se ha ido desgastando con fuerza a medida que los ingresos no compensan los elevados costes. El resultado más evidente, sin entrar en detalles más técnicos, es una caída continuada del beneficio. En concreto, mientras que dicha partida fue de 963 millones en 2011, en 2020 apenas alcanzó los 526 millones, lo que supone una caída superior al 45%. Ante dicho derrumbe se puede poner la excusa del covid, pero nada más lejos de la realidad: en 2019 se situaron en los 609 millones; un año antes, alcanzó los 529 millones, y en 2017 ganó 707 millones.

 

LA DEUDA NETA SE HA MULTIPLICADO POR DOS

Al final, una cantidad menor de beneficios conlleva también menos dividendos y, por último, una cotización más baja. Pero el problema no solo está en lo económico, también en lo financiero. De hecho, el volumen de deuda del grupo se ha incrementado notablemente durante la etapa de Huertas. Así, la deuda total de Mapfre ha pasado de 1.960 millones a principios de 2012 a rondar los 5.000 millones a 30 de junio de 2021. Entre las razones destaca la exacerbada expansión internacional decretada por el propio presidente y sus directivos.

Un crecimiento que ha llevado la compañía a muchos rincones del planeta, pero sin un resultado satisfactorio. No solo porque, como se ha comprobado, los beneficios se han hundido con el paso de los años, sino porque hay algunos negocios internacionales (también en lo nacional) deficitarios que consumen mucho capital. Una conjunción demasiado arriesgada: bajos beneficios y mucho consumo de capital. De hecho, ese es el gran problema en el que ahora está metido Mapfre: su baja rentabilidad.

La rentabilidad de la compañía se mide como ROE, que no es más que el cociente entre patrimonio neto (capital) y los beneficios. La medida es una de los principales indicadores que siguen los inversores porque cuando está por debajo del capital, como es obvio en Mapfre o la banca, significa que a los inversores les cuesta dinero que el grupo siga con su negocio. Por ello, la aseguradora (al igual que las entidades bancarias) se han hundido en Bolsa.

Especialmente, en los últimos años. Así, si en 2017 era del 7,9% y en 2019 fue del 7,2%, el año pasado apenas superó el 6%. Esa rentabilidad tan pequeña se explica por dos razones. En primer lugar, ya explicado, unos negocios internacionales en muchos casos deficitarios. En segundo lugar, porque se ha quedado atrapada en el pasado en la forma de comercializar sus productos, en especial, en la digitalización. Sin ir más lejos, el plan de bajas incentivadas que busca “adaptar los recursos a los nuevos avances en digitalización” se efectuará a lo largo de 2021, esto es año y medio más tarde que el boom online producido por la pandemia.

 

EL PERFIL DIGITAL DE HUERTAS EN ENTREDICHO

Una parte de la culpa dentro del evidente retraso del grupo en la adopción de las nuevas tecnologías correspondería a Huertas, como presidente. Pero hay más. A su llegada al cargo, al extremeño se le describió como un amante de las nuevas tecnologías a las que confería una “importancia fundamental”. Hasta el punto de que era el responsable del área tecnológica de la compañía desde 2006. De hecho, hay algún perfil que relataba cómo estaba “permanentemente con la tableta o enviando SMS”. A la vista de los resultados del grupo en dicha materia es evidente que algo no ha debido de funcionar.

 

UN SELECTO GRUPO DE DIRECTIVOS DE MAPFRE LIGADOS A HUERTAS RECIBIÓ HASTA 34,4 MILLONES DE EUROS EN 2016 GRACIAS A UNA DE LAS PRIMERAS DECISIONES DEL PRESIDENTE

 

En definitiva, los nueve años de Huertas no han sido beneficiosos para los accionistas de Mapfre. La compañía está atrasada digitalmente, con una plantilla anquilosada y un sistema de comercialización poco efectivo. Todo ello lleva a que la empresa tenga una rentabilidad por debajo del coste de capital, lo que produce presiones bajistas sobre sus acciones. Pese a todo ello, Huertas no solo no ha sido cuestionado, sino que ha sido premiado (con más sueldo) y reforzado por sus hombres.

 

LOS EJECUTIVOS DE MAPFRE HAN PERCIBIDO DECENAS DE MILLONES PESE A LOS MALOS RESULTADOS

Quizás, una de las razones es que les ha hecho ganar mucho dinero a esos ejecutivos. De hecho, una de las primeras medidas que se aprobaron bajo su mandato, un año después de su aprobación como presidente, fue establecer un plan de pagos para los directivos muy ambicioso. Así, un selecto grupo de directivos ligados a Huertas dentro de Mapfre recibió hasta 34,4 millones de euros en 2016, merced a ese plan aprobado unos años antes. La cifra habría alcanzado los 45 millones, ya que también había otros 9,5 en pago en acciones, pero no se desembolsaron porque no se cumplieron algunos objetivos.

Aunque no sería solo en 2016. Cada tres años un nuevo plan millonario se aprueba para Huertas y sus hombres mientras que los accionistas cada vez lo rechazan más. No es para menos, viendo los resultados obtenidos. De hecho, durante la última votación acerca de la remuneración de consejeros y directivos contó con más del 12% de votos en contra, frente al 1% de media en el resto de votaciones. Al final, hasta los accionistas más pacientes puede llegan a cansarse.

En resumen, Mapfre se ha puesto manos a la obra para solucionar algunos de sus problemas. Así, una mayor apuesta por lo digital traerá consigo una mejora de la rentabilidad y de la confianza de los inversores. Pero si no llega con celeridad, la firma corre el peligro de no adaptarse a un sector que ya está cambiando de manera muy acelerada. Por ello, romper con lo tradicional y el pasado quizás implicaría ampliar a otros perfiles esas bajas voluntarias.

OTROS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
NOTICIAS RELACIONADAS

Suscríbete ahora

LO MÁS DESTACADO