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Los gemelos Winklevoss, primeros multimillonarios del Bitcoin

Marketing| 10 de octubre de 2019

Ben Mezrich, autor del libro que inspiró la película La red social, explica ahora con ritmo y mucho suspense cómo los gemelos que demandaron a Mark Zuckerberg por robarles la idea de Facebook invirtieron su indemnización en Bitcoins y amasaron una fortuna.

Los hermanos Tyler y Cameron Winklevoss eran unos gemelos estudiantes de Harvard, remeros olímpicos, perfectos representantes del establishment estadounidense y archienemigos de Mark Zuckerberg, a quien consideraron ladrón de su idea de Facebook y al que se enfrentaron en una épica batalla legal que vencieron. Tras el juicio pensaron dedicarse al capital riesgo, financiando startups, pero nadie quiso su dinero después de su enfrentamiento con el creador de Facebook. Mientras pensaban en qué iban a invertir la indemnización que les tuvo que pagar Zuckerberg, viajaron a Ibiza donde se toparon por accidente con un personaje excéntrico que les habló de las criptomonedas.

En Los multimillonarios del Bitcoin (Alienta Editorial), el autor de bet sellers tecnológico-económicos Ben Mezrich relata desde las diferencias de los gemelos con Zuckerberg hasta su exitosa apuesta por la nueva moneda virtual.

Así refleja una conversación privada entre Zuckerberg y los Winklevoss mientras estaban en juicio:

T.W.: «Mark, vamos a enterrar el hacha de guerra. Lo pasado, pasado está. Nosotros no estamos diciendo que creamos Facebook».

M:Z: «Al menos estamos de acuerdo en algo».

C.W: «No estamos diciendo que merezcamos el cien por cien, lo que afirmamos es que merecemos más del cero por ciento. ¿De verdad puedes decir que estarías sentado donde estás si no nos hubiéramos acercado a ti?

M:Z.: «Estoy aquí sentado hoy porque me habéis demandado».

C.W.: «Ya sabes a qué me refiero».

M.Z.: «Sé lo que crees que quieres decir».

T.W.: «Nos acercamos a ti con nuestra idea. Te dimos acceso ilimitado a toda nuestra base de códigos. Vimos cómo se encendía una bombilla dentro de tu cabeza».

M.Z.: «Friendster y Myspace existían antes de Facebook, y, la última vez que lo comprobé, Tom de Myspace no me había demandado».

Tras su encuentro en Ibiza con el excéntrico Charlie, que les descubre el mundo de las bitcoins, y los gemelos deciden apoyar su startup. Así protegían la seguridad de su clave privada en el negocio:

«En el mundo de la moneda virtual, la paranoia no tenía límites. Solo los paranoicos sobrevivirían y los gemelos estaban empeñados en sobrevivir. Para garantizar la seguridad de su clave privada, tendrían que obtener la aleatoriedad de una fuente lo bastante fortuita y física que no pudiera ser interceptada o fácilmente revertida. Los gemelos terminaron recurriendo a la vieja escuela y se decantaron por un generador físico de números aleatorios, un par de dados de dieciséis caras. Cada dado parecía dos pirámides en miniatura de ocho caras pegadas entre sí por la base.»

Y un fragmento sobre la evolución del Bitcoin en este libro que revela con lenguaje asequible los secretos tecnológicos de la criptomoneda y la recompensa por invertir en algo que, a primera vista, parece una locura.

«El hecho de facilitar a la gente poder invertir en el metal oro desembocó en cantidades sin precedentes de liquidez e interés de los inversores, transformando totalmente el mercado del oro. Ya no tenías que tomarte la molestia de comprar un lingote, guardarlo en la caja fuerte de tu casa y preocuparte de si el lampista te iba a robar cuando no estuvieras allí. Con GLD, todo lo que tenías que hacer era llamar a tu corredor de bolsa o, mejor aún, ir online a ETrade, Charles Schwab, o Fidelity, y escribir tres letras antes de presionar el botón de compra. Así de simple querían los gemelos Winklevoss que fuese la compra de bitcoins. Excepto que el símbolo de cotización de los gemelos sería de cuatro letras en lugar de tres: COIN.

Por JC de L

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