Lorenzo Caprile: «Lo que desfila no es el reflejo de la industria española»
Lleva 26 años en el taller tomando las medidas de la mujer española y convirtiendo en oro las telas que toca. Entre bodas, ocasiones especiales y la didáctica de la moda en televisión con Maestros de la costura, el modista ha convertido el tándem talento-trabajo en el patrón del éxito de los vestidos únicos que parecen para un museo, pero son para disfrutarlos en directo.
Lorenzo Caprile es sencillo y barroco. Discreto y televisivo, ahora. Un influencer de la moda con una trayectoria que rebasa las bodas de plata. Con personalidad. Con denominación de origen propia. Un maestro de la costura tradicional. Un modista sin dobladillo.
En el número 20 de Claudio Coello -Barrio de Salamanca, Madrid- Caprile tiene un taller con solera que es un parque de atracciones de texturas de telas. Es un taller con zona de trabajo y zona social, donde las clientas vienen a probarse sus vestidos y se sienten únicas por primera vez con un caprile hecho a mano en exclusiva para ellas. 26 años entre dedales y está contento, pero “con cierto nivel de insatisfacción, que siempre es bueno para seguir adelante. Cuando uno se conforma, se para y deja de tirar del carro”. Exigente y diplomático. Rotundo y delicado.
Todo empezó, más o menos, allá por 1993. Carla Royo Villanova se casaba con el Príncipe Kubrat de Bulgaria en la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Madrid. Lucía un traje diseñado por un joven Caprile y las páginas de cuché encumbraron a la novia y al modista. Desde entonces trajina unos 180 vestidos cada año “relacionados con el mundo de las bodas: novias, madrinas, mamá de la novia, y alguna invitada especial”. La fiesta del Sí, quiero es el 50% de su negocio, y más en estos momentos, “en los que, salvo que haya una boda a la vista, pocas mujeres se hacen algo a medida”.
No le pega la televisión…
Eso pensaba yo también. Pero la verdad es que ha sido una experiencia muy divertida. Sales del taller y haces cosas nuevas, y, de paso, palpas el paño de la cantera que viene.
«No son tiempos para la moda de autor»
¿Con el prestigio de su firma también es difícil sobrevivir?
[Resopla Caprile. Asciende el humo de sus cigarros concatenados en esta esquina del Madrid bien]. Crear de cero una empresa de moda que tenga éxito en el tiempo es difícil. Hacerlo ahora y que tu empresa no sea flor de un día, lo veo prácticamente imposible. Por eso hay tanta muñequita rota en nuestro sector… Responde Caprile, con sus 26 años de aguja y su pedigrí. No es tiempo para emprendedores de la moda “ni en España, ni en ningún sitio”.
¿Hablamos de la misma España de Inditex?
La moda como industria goza de una salud excelente en España. Tenemos grupos muy fuertes como Inditex, Textil Lonia, el grupo Puig, el grupo Tous, Mango, Desigual, Rosa Clará, Pronovias… Pero no son tiempos para la moda de autor.
Entonces, Caprile desfila por sus reticencias con las pasarelas, “en las que se ve el 0,0001 por ciento de lo que surge de nuestra industria de la moda. En esos eventos hay mucha endogamia, como llevo diciendo desde hace años. Lo que desfila no es el reflejo de la industria de la moda española, ni por el forro”. Nunca mejor dicho.
«El éxito es el trabajo bien hecho sostenido en el tiempo»
¿Y llevar un caprile está más a mano de lo que parece?
Sí, pero como vistes a determinados personajes y sales en la tele, en la opinión pública sobrevuela una especie de halo de misterio que tacha mis creaciones de inalcanzables. Eso no se corresponde con la realidad. Estamos en la media de precios del mercado de un traje de novia bueno y de calidad.
No es ni fetichista, ni mitómano. No tiene musas, aunque tenga sus clientas especiales. Para él, “el éxito es el trabajo bien hecho sostenido en el tiempo. Y en eso estamos. Cada día abrimos estas puertas con el deseo de vestir lo mejor posible a las mujeres que apuestan por nosotros. Ese es nuestro motor, nuestro podio y nuestro Olimpo”. Si quieres leer la entrevista completa, no te pierdas el número de mayo-junio 2019 de la revista Influencers.
Por Álvaro Sánchez León
Fotos: Isabel Solano
