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Juego de tronos 8×06: analizamos el final de GOT

Jesús Casañas| 20 de mayo de 2019

Juego de tronos ha llegado a su fin. Un fin que ha levantado tanta expectación como opiniones enfrentadas. Nosotros os contamos la nuestra, pero leedlas después de haber visto el capítulo, que, por supuesto, a partir de ahora va a haber SPOILERS por doquier.

No se había generado tanto revuelo con el final de una serie desde aquel polémico desenlace de Perdidos, allá por mayo de 2010. Nueve años después, Juego de tronos ha vuelto a conseguir que media España vaya hoy a trabajar de empalmada con tal de ver en directo el último capítulo.

El hecho de que 800.000 espectadores hayan firmado una petición para que se reescriba esta octava y última temporada nos da una idea de que, cuanto menos, un gran porcentaje de la audiencia estaba descontenta con los acontecimientos (la futilidad de dicha solicitud es otro tema aparte).

Todo ha ocurrido con los episodios 8×04 y 8×05, que llegaron con la resaca del espectacular e insuperable 8×03 y su épica batalla ante los caminantes blancos. Quizás porque se recrearon demasiado en cosas que no nos importaban tanto y daban la sensación de relleno.

Quizás porque las que sí nos importaban ocurrieron muy deprisa y no como esperábamos. La muerte de Cersei es un claro ejemplo. Llevamos años apostando sobre quién la mataría deseando que fuese Arya. Y en el último momento Arya se da la vuelta ante el consejo de El Perro de que salve su propio pellejo y Cersei muere sepultada por escombros.

Quizás porque, pasase lo que pasase, nunca llueve a gusto de todos con estas cosas. Llevan toda la serie haciéndonos desear que pierda Cersei y gane Daenerys. Ahora quieren que nos dé pena la muerte de la primera y nos resulte indeseable la victoria de la segunda, y eso cuanto menos descoloca.

Pero puede que viendo este 8×06 muchos hayan cambiado de opinión. Yo, al menos, lo he hecho. Tiene sorpresas: que sea Bran quien se sienta finalmente sobre el trono no me lo esperaba, claro que ignorando las infinitas teorías que pululaban por Internet para dejarme sorprender.

Tiene drama: Jon al fin espabila y mata a su amada Daenerys por el bien común (previsible, pero necesario) como en la más triste de las tragedias griegas. No ha nacido para ser feliz, aunque terminar viviendo entre los salvajes le ayudará.

 

Y deja buen sabor de boca. Final feliz, vaya. Sobreviven casi todos los personajes que nos caían bien. Arya se va a explorar mundo, Sansa consigue la independencia del Norte coronándose como reina, y Tyrion se queda como mano del rey rodeado de buenos amigos. ¿Qué más queremos?

Habrá que volver a verlo con la perspectiva que da visionar todos los capítulos seguidos y, sobre todo, la que da el tiempo. Solo queda agradecer a Juego de tronos tantos momentos de felicidad y pensar en cómo rellenar el vacío que deja. Valar morghulis.

 

Por Jesús Casañas

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