Skip to main content

Las entrañas del intento de asalto a Iberdrola que acorrala judicialmente a Galán

Ángel Sánchez| 19 de abril de 2021

Ignacio Sánchez Galán atraviesa por los momentos más difíciles de su larga carrera. La justicia española intenta dilucidar si el máximo ejecutivo de Iberdrola y su equipo cometieron “graves infracciones” para frenar el asalto a la energética por parte de su archienemigo, Florentino Pérez, a través de ACS. Por el momento, el directivo ha logrado escapar del cerco judicial, pero la Fiscalía ya indaga si hay un pacto secreto dentro de la compañía, y los hombres que formaban parte de la misma, para proteger al presidente.

Para encontrar el choque de ambos ejecutivos hay que remontarse cerca de dos décadas atrás. Por aquel entonces, Iberdrola ya era una firma boyante que atraía el interés de otras grandes compañías. Especialmente para diversificar sus líneas de negocios, dado que la energética española era ya la líder mundial en parques eólicos.

Una de esas firmas interesadas en Iberdrola fue la francesa EDF. Aunque antes de la gala se posicionó ACS. De hecho, la constructora llegó acumular en algún momento hasta el 12,6% de la energética, un porcentaje que en condiciones normales significaba que Florentino podría obtener un puesto importante en el consejo directivo. Pero no ocurrió así. De hecho, Galán se resistió con fuerza para no dar entrada a ningún hombre proveniente del entorno del presidente del Real Madrid.

La táctica de ejecutivo salmantino fue la de maniobrar para retrasar de forma continuada la disponibilidad de puestos en el consejo y, con ello, evitar la entrada de ACS. Así, a finales de 2008, Iberdrola suprimió el límite de edad de los consejeros y redujo el número máximo de miembros. Las medidas tomadas por la energética impidieron en un primer momento el asalto de Florentino, pero el empresario no se rendiría rápidamente.

 

FLORENTINO SUBE LA PRESIÓN POR IBERDROLA

Meses más tarde, el empresario madrileño atacó de nuevo. Así, Florentino avisó de que tenía la intención de elevar la participación de ACS hasta el 20%, cada vez más cercano al control total. Además, amenazó con emprender acciones legales para conseguir ese ansiado puesto en el consejo de Iberdrola. Las cartas estaban sobre la mesa y lo posterior dependería de la sutileza en la negociación de cada uno junto a los actores que tuvieran de su lado.

Galán contaba con el respaldo de Kutxabank, antes llamado Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK), junto al de otras pequeñas entidades, como la extinta Bancaja. Además de lo más granado de la política vasca. Por su parte, Florentino mantenía (y mantiene) una extensa red de contactos tanto a nivel político como empresarial y, además, como principal socio de Banca March, propiedad de la familia March, una de las más acaudaladas de España. Para ese momento, verano de 2009, la guerra entre ambos era total.

El asalto se intensificó en los siguientes meses. Así, para finales de diciembre de 2010 el porcentaje de acciones de la energética en manos de ACS era ya del 20%. Una posición que se había construido prácticamente a través de derivados financieros, de hecho, hasta un 16,3% del porcentaje de títulos de Iberdrola que controlaba la constructora estaban bajo este formato.

El problema es que al utilizar infinitud de instrumentos financieros, que no tiene derecho a voto, el poder de Florentino sobre Iberdrola no se consolidaba. Galán pudo resistir el envite de la constructora durante los meses más difíciles, mientras que el coste de mantener dichos derivados se hacía cada vez más alto. Además, la constructora estaba empezando a sentir realmente el efecto de la crisis en sus cuentas, lo que dificultaba la operación de asalto.

 

GALÁN SE IMPONE FINALMENTE, PERO AHORA PODRÍA ACABAR EN LOS TRIBUNALES

En marzo de 2011, la firma dedicada a las grandes obras mostraba su primera debilidad al rebajar su participación del 20%, hasta el 19%, a consecuencia del alto coste de seguir refinanciando los vencimientos de los instrumentos financieros que manejaba de la eléctrica. Más tarde, ACS terminaría por darse por vencida. Así, el 18 de abril de 2012 su participación en Iberdrola había caído al 14,8%. Finalmente en verano de ese mismo año, en plena crisis de deuda soberana y con los mercados en explosión bajista, la compañía firmó su derrota al revelar ante la CNMV que apenas contaba ya con un 8,2% de la misma.

A partir de ahí los caminos de una y otra compañía se separaron inevitablemente. Iberdrola inició un recorrido al alza que todavía se mantiene, mientras que la evolución de ACS ha sido mucho más exigua. Finalmente, un par de años después, en 2014, la participación de la constructora en la energética apenas era ya del 4%. Las condiciones de mercado y las maniobras de Galán abortaron la toma de poder que ansiaba Florentino o, al menos, esa es la historia que se conoce.

Pero la realidad podría haber sido mucho más oscura. Así, la contratación del conocido ya Comisario Villarejo por parte de Iberdrola para espiar a ACS que investiga el juez, como una parte del extenso caso Tándem, pone sobre la mesa que presuntamente se habrían llevado a cabo graves irregularidades. Los delitos de momento no implican a Galán, aunque la Fiscalía empiece a repetir notablemente su nombre, pero es difícil de creer que el máximo ejecutivo de la firma durante tantos años fuera ajeno a todo ello. Más si cabe, cuando la guerra tenía un componente personal tan marcado.

OTROS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
NOTICIAS RELACIONADAS

Suscríbete ahora

LO MÁS DESTACADO