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‘El silencio de los corderos’ cumple 30 años

Jesús Casañas| 30 de enero de 2021

Celebramos las tres décadas de El silencio de los corderos. Un hito del cine de género que conseguiría llevarse los cinco Óscars principales. Y, de paso, convertir a Hannibal Lecter en uno de los asesinos en serie más populares de la ficción.

En 1986 se había estrenado sin pena ni gloria el filme Cazador de hombres (Manhunter). Puede que su título no nos suene demasiado, pero tal vez sí lo haga su argumento: un agente del FBI recurre a un asesino en serie que cumple condena en la cárcel para que le ayude a atrapar a otro asesino. El recluso se llama Hannibal Lecktor (interpretado por Brian Cox para la ocasión).

Se trataba de la adaptación de El dragón rojo, novela que Thomas Harris había publicado en 1981 tras debutar en 1975 con el bestseller Domingo negro. El escritor volvería a recurrir a Lecter (el verdadero apellido de Hannibal) y al mismo esquema narrativo en su siguiente libro: El silencio de los corderos, lanzado al mercado en 1988 y, como todos sabemos, el mayor éxito de toda su carrera. Que fuese llevado a la gran pantalla era solo cuestión de tiempo.

El silencio de los corderos.

 

Aquí es donde entra Jonathan Demme, cineasta que ya llevaba quince años rodando para Hollywood. Había debutado en los setenta bajo el amparo de Roger Corman, el gurú del cine de explotación y el terror de bajo presupuesto. En los ochenta había hecho de todo, desde comedias como Algo salvaje o Casada con todos a vídeos en directo de grupos de la talla de Talking Heads.

Alérgico al aparato promocional, Harris se negó a participar en la adaptación el guion de su propio libro. Tarea que acabaría realizando Ted Tally, tal y como había hecho un año atrás con Pasión sin barreras, la lujuriosa novela de Glenn Savan que protagonizarían Susan Sarandon y James Spader en su versión cinematográfica.

Ya solo faltaba elegir al reparto. El papel protagonista (la agente Clarice Starling) recaería en Jodie Foster, niña prodigio que llevaba actuando desde los dos años, que ya había recibido una nominación al Óscar por su trabajo en la cinta de culto Taxi driver (Martin Scorsese, 1976) con apenas 13, y que acababa de ganar el de mejor actriz con Acusados (1988), aquel desgarrador relato basado en una historia real sobre una joven que era violada en grupo. En aquel momento tenía 29 primaveras.

 

El silencio de los corderos.

Brian Cox no repetiría como Hannibal Lecter. Lo haría Anthony Hopkins, actor británico que por aquella época andaba ya por la cincuentena y que llevaba más de media vida actuando en producciones de ambos lados del charco. La tercera pata del banco, el agente a cargo de la Unidad de Ciencias del Comportamiento del FBI Jack Crawford, sería Scott Glenn.

Todo bajo la batuta de Howard Shore, músico que igual componía para películas de terror de David Cronenberg –Videodrome (1983), La mosca (1986)– que para taquillazos hollywoodienses como Big (1988), y que a la postre firmaría otras bandas sonoras tan reseñables como Philadelphia (1993) o la saga completa de El señor de los anillos.

El silencio de los corderos.

El estreno

La premier de The silence of the lambs tuvo lugar en Nueva York el 30 de enero de 1991. El 14 de febrero se estrenaría en cines estadounidenses, y a los nuestros llegaría el 6 de septiembre de aquel año bajo el título de El silencio de los corderos.

Con un presupuesto inicial de 19 millones de dólares, tuvo una recaudación mundial de 272,7 millones. Se convirtió en la tercera película en obtener los cinco premios principales de la Academia de Artes de Hollywood: Óscar a la mejor película, Óscar al mejor director (Jonathan Demme), Óscar al mejor actor (Anthony Hopkins), Óscar a la mejor actriz (Jodie Foster), y Óscar al mejor guion adaptado (Ted Tally). La hazaña solo había sido lograda por Sucedió una noche en 1934 y Alguien voló sobre el nido del cuco en 1975. Asimismo fue la segunda cinta de terror de la historia en conseguir la nominación a mejor película (la primera fue El exorcista en 1973) y la primera en recibirlo.

El silencio de los corderos.

 

Su calidad es innegable. Atrapa desde el primer minuto y mantiene la tensión durante sus dos horas de metraje. El personaje de Clarice Starling conseguía abrirse camino en un mundo de hombres dentro y fuera de la pantalla: quedaba (y queda) mucho por recorrer, pero las cosas estaban cambiando.

No obstante, la interpretación de Hopkins haría honor al canibalismo de Hannibal Lecter, comiéndose al resto (incluido a Buffalo Bill, el asesino al que están intentando atrapar realmente) y convirtiéndolo en uno de los malos más famosos del cine. Ser un asesino en serie no estaba reñido con la inteligencia y los buenos modales. Sus dotes como psicólogo eran excepcionales, haciendo de sus conversaciones con Starling los momentos más interesantes del filme.

Pero sin olvidar la brutalidad de las escenas de acción. La fuga de Lecter o la secuencia final de Starling atrapada en la guarida de Bill serán recordadas por mucho tiempo. La época dorada del thriller abría su veda en los noventa.

Hannibal (2001).

El legado

Tanto el mundo literario como el cinematográfico supieron exprimir al máximo aquel éxito, si bien las nuevas películas nunca llegarían a estar a la altura de la que dirigió Jonathan Demme. Thomas Harris publicó en 1999 Hannibal, llevada dos años más tarde al cine por el propio Ridley Scott con Hopkins repitiendo como Lecter y Juliane Moore como Starling. Una secuela que situaba la acción diez años después de su fuga.

El dragón rojo (2002).

 

En 2002, apenas un año después, se rodaba una nueva versión de El dragón rojo, esta vez dejando el título original de la novela (recordemos que se renombró como Manhunter en su primera versión cinematográfica de 1986) y con Hopkins ahora sí como Lecter.

Hannibal: El origen del mal.

 

Harris pondría punto y final a su saga literaria con Hannibal: El origen del mal en 2006, que como su nombre indica supone una precuela en la que narra la juventud del asesino. Un año después se estrenaba la adaptación para cine, protagonizada esta vez por Gaspard Ulliel.

Hannibal (serie).

 

El legado audiovisual duró mucho más (y de hecho, sigue en activo). En 2013 llegaría Hannibal, serie protagonizada por Mads Mikkelsen. Basada en los hechos anteriores a El silencio de los corderos (El dragón rojo y Hannibal), consiguió enganchar a la audiencia y extenderse por un total de 39 capítulos y tres temporadas.

El silencio de los corderos.

El 30 aniversario

Este 30 aniversario no ha pasado desapercibido. En un encuentro virtual organizado por Variety el pasado 20 de enero, Jodie Foster y Anthony Hopkins charlaron durante una hora sobre el rodaje de aquella película que cambiaría sus vidas para siempre.

“Mi representante me pasó el guion y, después de diez páginas, le dije: ‘Es el mejor personaje que he leído nunca’”, afirma Hopkins. “Y me daba un poco de miedo hablar contigo. Pensaba: ‘¡Acaba de ganar un Oscar!’”.

Foster, por su parte, le recuerda el miedo que sintió desde el primer momento: “Cuando te convertiste en Hannibal Lecter sentí un escalofrío. Después de aquello, los dos estábamos demasiado asustados como para hablar”.

La celebración se completará el próximo 11 de febrero con Clarice, nueva serie donde esta vez la protagonista es Starling. Secuela directa de El silencio de los corderos donde Rebecca Breeds (vista en Pretty little liars) es la encargada de darle el relevo interpretativo a Foster.

La acción transcurre un año después de capturar a Buffalo Bill. Se estrena en EE.UU. a través de CBS, pero todavía no sabemos cuándo ni cómo podremos verla en nuestro país. De momento, podemos revisar El silencio de los corderos en Amazon Prime Video. Veremos que no ha envejecido ni un ápice, y que sigue angustiando tanto como el primer día.

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