Cristóbal Molleja: «El tándem juventud-conocimiento y experiencia-sabiduría es el éxito del mañana»

​Influencers habla con Cristóbal Molleja sobre la capacidad y los horizontes laborales del sector farmacéutico en España. Ambos están sobre la palestra desde mucho antes de la pandemia; y ahora están en el escaparate, pero con un déficit: la formación de los recursos humanos. El gap entre la preparación universitaria y las necesidades empresariales es evidente. Por eso, Net-Pharma y la Universidad Francisco de Vitoria han puesto en marcha un Máster en Ingeniería Farmacéutica que se presenta como una respuesta con conocimiento de causa a la amplia demanda laboral para el presente y el futuro.

Se buscan jóvenes universitarios con talento e ilusión que tengan puestas sus expectativas en el sector farmacéutico y quieran enfrentarse al futuro laboral con la formación y la aptitud que demandan las empresas. Para ellos, Net-Pharma y la Universidad Francisco de Vitoria ofrecen un Máster en Ingeniería farmacéutica que incluye docencia y prácticas remuneradas. Hasta 30 candidatos podrán contar con la sabiduría de veteranos del sector para dirigir sus carreras profesionales codeándose con empresas colaboradoras como Bayer, Pfizer, Alcalá Farma, Rovi, Farmasierra, Grupo Italfarmaco, Normon y Reig Jofre.

Cristóbal Molleja, CEO de Montajes Delsaz, fundador y director de Net-Pharma, y alma y motor de este proyecto formativo, desgrana para Influencers las claves de un máster que, en realidad, es una revolución formativa, laboral y cultural.

El máster busca capacitar profesionales punteros para ejercer en el sector de la ingeniería farmacéutica en España. ¿Cuál es el horizonte laboral del sector?
El horizonte es muy atractivo e ilusionante. Pusimos en marcha el proyecto mucho antes de esta complicada pandemia, convencidos de la necesidad. La covid-19 ha reconocido la importancia de la industria farmacéutica en nuestras vidas y refuerza nuestra idea. Es un sector con un gran peso en el PIB español que genera un gran número de puestos de trabajo cualificados. Exportamos el 80% de los medicamentos que producimos, lo que quiere decir que tenemos reconocimiento internacional y que la calidad de nuestra producción es puntera. Para poder mantenernos y crecer, necesitamos ampliar la formación de jóvenes con talento y ofrecerles un mercado laboral sólido y bien remunerado que evite su marcha a otros países.

¿A qué modelo de profesionales aspira a formar el máster?
Queremos formar a licenciados en carreras afines al sector, como Ingeniería industrial, Biomedicina, Farmacia, Biología, etc. Salen de las universidades con una formación magnífica para ayudarles a desarrollarse en las diferentes áreas que abarca la ingeniería farmacéutica. El programa nos acerca a todos los sectores imprescindibles para el correcto funcionamiento de una planta farmacéutica: instalaciones de control ambiental, tratamiento de aguas, tratamiento de residuos, conocimiento de instalaciones básicas como luz, gases, aire comprimido, PCI, conocimiento y manejo de equipos productivos, autoclaves, plantas de agua, líneas de producción, etc… A partir de aquí favorecemos que, de la mano de las compañías, puedan especializarse en las áreas que les resulten más atractivas.

Necesitamos ampliar la formación de jóvenes con talento y ofrecerles un mercado laboral sólido y bien remunerado que evite su marcha a otros países

El programa comprende también una conexión entre Universidad, empresa e industria poco habitual en la ciencia española. Es una apuesta importante por adaptar al futuro una cultura de innovación todavía pobre. ¿Se echa en falta especialmente esa sinergia en el sector biotecnológico?
Desde la perspectiva industrial y empresarial echamos mucho de menos esta conexión. El desconocimiento que tienen los estudiantes del sector empresarial es muy grande, y eso impide que tengan un concepto claro de las grandes posibilidades que les otorga su formación. Por otro lado, es indudable la necesidad que tienen todos los sectores, no solo el farmacéutico, en captar y retener talento. En España somos líderes en echarle la culpa a los demás de nuestros fracasos, pero como dice un famoso jugador de golf español: “cuanto más entreno, más suerte tengo”. En la vida profesional sucede lo mismo: a más preparación y esfuerzo, más “suerte”. La relación empresa/trabajador está cambiando a toda velocidad, y las viejas costumbres y distanciamientos jerárquicos están desapareciendo. Tenemos que trabajar en equipo y ser conocedores de nuestros objetivos comunes. El respeto, el conocimiento, la transparencia y la comunicación son los pilares del éxito profesional. La Universidad también debe formarse y acercarse más que nunca a las empresas apoyando iniciativas como la nuestra. Net-Pharma ayuda a los nuevos talentos a desarrollar sus proyectos y entrar en contacto con la vida real. Cuando finalice la pandemia, iniciaremos una campaña de comunicación en las universidades para luchar contra el distanciamiento Universidad-empresa.

¿Cómo es ese gap entre Universidad y empresa?
Estos días vemos que los gobiernos están únicamente preocupados en reformar la educación y están generando peores profesionales y más encasillados, limitándoles su recorrido profesional. Son los postgrados, los másteres, y las empresas los que tienen que terminar de formar a los estudiantes y facilitarles el conocimiento que no ofrecen las universidades. Desde la enseñanza primaria deberíamos trabajar en las motivaciones de los jóvenes para ir formando sus perfiles en función de sus esperanzas y objetivos, y aprender a valorar por igual a un médico y a un magnífico camarero. Ambos son necesarios para una sociedad organizada y sostenible. Tenemos que ser capaces de transmitirles lo bonita que es la vida laboral y las grandes satisfacciones que aportará en sus vidas. Y explicarles que el techo profesional se lo marcan ellos, porque las posibilidades son infinitas. También hay que hablarles de esfuerzo. Sin esfuerzo y sin ilusión es muy difícil conseguir unos objetivos laborales, económicos y personales que satisfagan sus expectativas.

El talento y la calidad de producción en el sector biotecnológico es evidente en España ¿Es viable convertirse en un país líder? ¿Qué posibilidades hay y qué lastra ese progreso?
Ya somos líderes en la calidad y cantidad de empresas, pero nunca es suficiente. Además de grandes empresas y proyectos biotecnológicos en nuestro país, siempre nos encontramos algún profesional español en muchos de los grandes proyectos biotecnológicos extranjeros. Grandes talentos formados en nuestras universidades y financiados con nuestros impuestos crecen profesionalmente fuera de España, donde encuentran la financiación y la credibilidad que no han encontrado aquí. Tenemos grandes empresarios españoles y compañías de capital mixto que apuestan por desarrollar ideas biotecnológicas nacidas en compañías españolas. Disponemos también de grandes centros de investigación y proyectos impulsados desde la Administración pública que podrían llegar a ser exitosos trabajando más estrechamente con la empresa privada en el ámbito de la Biotecnología y de la Medicina. Urge quitarnos la boina, y ayudar a estos equipos a desarrollar sus proyectos desde España, mirando a Europa y al mundo sin complejos. Para que esto siga su curso, necesitamos seguir incorporando talento joven a estos proyectos.

Dos entidades privadas se unen para preparar a los profesionales que demanda el sector, un sector en prime time después de una pandemia. ¿Por qué no es una prioridad de la Administración o de las universidades públicas?
Antes de que Net-Pharma se pusiera en contacto con la Universidad Francisco de Vitoria tuvimos varias conversaciones con universidades públicas. A todas les encantó el proyecto y todas querían colaborar, pero los trámites administrativos y los tiempos eran insostenibles. Necesitamos una Administración educativa más ágil y contemporánea. Las personas que dirigen estas organizaciones públicas son grandes profesionales con una formación ejemplar, pero están muy limitados para tomar decisiones y cuentan con escasos recursos humanos, materiales y económicos. La relación entre empresa privada y Universidad debe hacerse realidad. Para ello, los docentes y los responsables universitarios han de estar más en contacto con las empresas, para conocer de primera mano sus necesidades y caminar juntos, tanto en la formación de los alumnos como en la formación de los docentes. Antes, quizás haya que comenzar por despolitizar la enseñanza…

El desconocimiento que tienen los estudiantes del sector empresarial es muy grande, y eso impide que tengan un concepto claro de las grandes posibilidades que les otorga su formación

¿La carrera profesional de Cristóbal Molleja habría sido ‘más fácil’ con un máster de estas características?
Absolutamente, y no solo con un máster, sino también con más formación. Muchos de los empresarios de mi generación hemos crecido formándonos, y seguimos haciéndolo. La formación en la vida de cualquier profesional no se acaba nunca, y cuanto más extensa sea la base, más fácil será añadir conocimiento. Los que no hemos podido realizar un máster de este tipo lo suplimos con dedicación y esfuerzo. El esfuerzo realizado nos sirve para valorar aún más los éxitos que vamos obteniendo, y lo que más nos satisface es ayudar a las nuevas generaciones a prepararse como profesionales y como personas, ofreciéndoles nuestro apoyo, conocimiento y experiencia. No hay nada gratuito en esta vida. Nada cae del cielo. Todo hay que trabajarlo y valorarlo. En el programa se ofrece el amparo de un mentor y la experiencia de los veteranos que ayudan a superar los obstáculos de la vida profesional. Personalmente, este servicio es lo más estimulante que me puede haber ocurrido.

El tándem juventud-conocimiento y experiencia-sabiduría son el éxito del mañana.

«Por otro lado, me gustaría conocer de boca de mis políticos qué medidas adoptan para premiar el esfuerzo de las personas que se preparan, trabajan y pagan sus impuestos, y qué hacemos en contra de la cultura de lo fácil a costa de los demás».