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Cómo subirse a la ola de las megatendencias en fondos de inversión

Influencers| 3 de diciembre de 2020

La identificación de grandes temáticas con desarrollo a lo largo de muchos años -incluso décadas-, como el envejecimiento de la población o el cambio climático, ha permitido el desarrollo de fondos que invierten de forma temática en una selección de compañías, generando atractivas rentabilidades para sus partícipes.

Los fondos que invierten de forma temática en megatendencias de inversión se han convertido en una de las grandes bazas de la industria de fondos de los últimos años. Son varias las razones que explican su éxito: ofrecen acceso a empresas que registran crecimientos sólidos en nichos de mercado donde son líderes, a precios que todavía son razonables, considerando que son inversiones con proyección de desarrollo en el largo plazo. Además, ayudan a diversificar las carteras por fuentes de rentabilidad y riesgo. Se trata, en definitiva, de invertir hoy en un set de compañías en crecimiento que puedan ser los Apple o los Amazon del mañana en sus respectivos sectores.

Sin embargo, la clave de estos productos está en el relato, pues son historias fáciles de entender y de seguir para los inversores. Como explican desde la gestora M&G Investments, “en un entorno de incertidumbre, creemos que la inversión temática tiene potencial de brindar a los inversores una fuente fiable y sostenible de renta y crecimiento del capital a largo plazo”.

¿Qué es una megatendencia?

La firma de consultoría Statista define una megatendencia como “una fuerza a gran escala y en el largo plazo que da forma al mundo”. El seguimiento de una megatendencia “permite no solo obtener más conocimiento y comprensión de la situación actual de distintas regiones del mundo, sino también poder prever tendencias en el futuro y su evolución a nivel global”, añaden desde la firma.

Se tiende a identificar como principales megatendencias al envejecimiento de la población, la urbanización, la extensión del uso de la tecnología y el impacto del cambio climático. Todas tienen en común que su desarrollo se extenderá durante años, incluso décadas, y que tendrán un impacto estructural sobre la población mundial. Dentro de cada una surgen a su vez temáticas más concretas, como el auge de la clase media en el mundo emergente (urbanización), el desarrollo de la robotización (tecnología) o el aumento del consumo de energías renovables (cambio climático), que se pueden traducir por tanto en ideas de inversión (ver cuadro).

Si nos ceñimos a los flujos de fondos de inversión, que dan una orientación de hacia dónde se está dirigiendo el dinero, podemos concluir que las temáticas más populares son tecnología, salud y ecología. Según Morningstar, solo entre enero y septiembre de 2020 entraron en toda Europa más de 35.000 millones de euros en fondos de gestión activa que ofrecen exposición a empresas tecnológicas; en el mismo periodo de tiempo, los fondos que invierten en empresas del sector salud atrajeron más de 20.000 millones y los que invierten en ecología, más de 12.500 millones.

Se ha de tener en cuenta que el universo de fondos temáticos se ha expandido notablemente en los últimos años, por lo que no todos los fondos son válidos para todos los inversores. Como norma, los fondos que ofrecen rendimientos más elevados suelen ofrecer exposición a temáticas con mayor riesgo y volatilidad por el camino, como por ejemplo la tecnología o la biotecnología. En cambio, los fondos temáticos que ofrecen un rendimiento menor, pero un riesgo más moderado, suelen apostar por temáticas que presentan tasas de crecimiento inferiores, pero más estables en el tiempo, como pueden ser las infraestructuras.

Tendencias postcovid-19

En los últimos meses hemos podido constatar la contribución de la covid-19 a acelerar algunas tendencias ya en marcha, como la digitalización de la economía y sus múltiples derivadas: teletrabajo, medios de pago alternativos al efectivo, extensión de las videoconferencias, comercio electrónico… Desde Pictet AM corroboran que la pandemia “ha impulsado tendencias que ya estaban activas, pero que están dibujando un nuevo perfil de consumidor para el siglo XXI”. Delimitan cuatro tendencias en concreto: el ahorro, la apuesta por la sostenibilidad, una priorización de la compra de productos frescos y saludables, y la digitalización.

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