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Banco Santander: La aventura escandinava alarma al auditor

Ángel Sánchez| 12 de marzo de 2021

Santander Consumer Finance, la filial de financiación al consumo de Banco Santander, registró una reducción en la valoración del fondo de comercio de su división Nordics (Escandinavia) de 277 millones de euros en 2020 por el deterioro de sus activos. Una pérdida que obligó al propio auditor de la compañía, PricewaterhouseCoopers (PWC), a reflejarlo en su propio informe como una de las cuestiones clave que más han afectado a la compañía durante el año pasado.

Así, la entidad explica que “el empeoramiento del entorno macroeconómico” provocado por la pandemia obligó a la entidad a “realizar una prueba de deterioro” para la división escandinava. Un estudio en el que se contemplaba “la evolución negativa prevista por los distintos organismos nacionales e internacionales de magnitudes tales como el PIB (cuya recuperación podría llevar entre dos y tres años en la mayoría de los países), la tasa de desempleo, el crecimiento de las carteras de crédito (…) Como resultado, el grupo reconoce un deterioro del valor del fondo de comercio de 276.681 miles de euros”.

Con ello, el grupo ha reducido con fuerza el llamado fondo de comercio de su división escandinava hasta en un 55%, desde los 496 hasta los 216 millones de euros. Además, la filial tuvo que registrar una importante subida en el riesgo crediticio en la región. Así, a 31 de diciembre de 2020 la cifra asciende a 17.311 millones (16.761 millones de euros a diciembre de 2019), lo que supone un incremento del 3,28% respecto al cierre del 2019.

 

LA AVENTURA NÓRDICA DE BOTÍN Y SANTANDER SE INTENSIFICÓ EN 2020

Una caída trepidante que, además, se ha producido cuando el banco que preside Ana Botín ha dado sus pasos más firmes en la región. En el mes de noviembre de 2019 Santander Consumer Bank AS, filial del grupo en los países nórdicos, llegó a un acuerdo con el grupo Ford para adquirir Forso Nordic AB, su financiera en el mercado nórdico. La operación, aun así, no se cerró hasta el 28 de febrero, justo antes de que la pandemia cayese con fuerza sobre el negocio de ambas y haya obligado a reorganizar las participaciones y realizar distintos ajustes en el valor de los activos.

Fue en el mismo mes de febrero cuando el grupo acordó una ampliación de capital de 2.000 millones de coronas suecas (unos 192,5 millones de euros) en la filial nórdica para “cubrir mayores requerimientos de capital y comprar el grupo Forso”. Más tarde, en julio, Santander Consumer se vio obligado a enviar una carta a las sociedades vendedoras (FCSH, GmbH y Saracen Holdco) para ajustar el precio final por la mala evolución de la situación. Al final, la entidad apenas logró recuperar 1,6 millones de euros de los casi 100 millones desembolsados.

 

PROCESO DE REESTRUCTURACIÓN EN EUROPA

La firma cántabra también se ha visto abocada a lo largo del 2020 a un proceso de reestructuración de su plantilla en toda Europa, cuando aún no había cerrado otros. Una operación que ha supuesto un importante desembolso en forma de provisiones. Banco Santander informa de que Consumer Bank AG (su filial en Alemania) mantiene reservados algo más de 40,35 millones de euros en los que se incluyen los importes pendientes del plan de reestructuración del ejercicio 2017, así como otros 23,2 millones por el nuevo plan de reestructuración que se llevará a cabo durante el ejercicio 2021.

Por su parte, en el caso de la filial nórdica, en el ejercicio 2020 se ha llevado a cabo un ajuste dentro del plan de transformación y reestructuración de la sociedad y sus sucursales de Dinamarca y Suecia, por el que se ha registrado una provisión de 21.214 miles de euros. A 31 de diciembre de 2020, la provisión registrada se corresponde con los compromisos y otros gastos asociados con dicho plan que se esperan desembolsar por importe de 9 millones de euros.

En definitiva, la entidad asume un escenario futuro muy desafiante en la región nórdica por la pandemia. Una situación complicada que ya ha obligado a Botín y a su equipo a tener que reducir a la mitad la valoración del fondo de comercio de su división escandinava. Pero lo peor está por llegar. Así, los créditos en España y otras regiones de Europa pronto se verán afectados una vez que finalicen las moratorias de pagos y las ayudas que todavía reciben muchos ciudadanos. Parece ser que lo único seguro en Banco Santander de cara a los próximos años es que el número de trabajadores seguirá decreciendo a base de despidos.

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