Mes: abril 2017

¿Cuántas veces has sentido que otra persona te leía la mente? La transmisión de mensajes entre el cerebro de un emisor y el de un receptor es una técnica que algunas personas afirman haber desarrollado de manera natural.

Una investigación científica llevada a cabo por el Instituto de Ciencias Noetic en 2008 demostró que la conexión entre seres queridos, en concreto en los pacientes con cáncer, puede activar el sistema nervioso del receptor. El experto británico Rupert Sheldrake estudió la telepatía telefónica, en la que se comprobó que la cercanía emocional era más importante que la física. Los científicos han tratado de explicar la telepatía como un entrelazamiento cuántico que en muchas parejas, concretamente entre las que llamaríamos “almas gemelas”, permite compartir el mismo pensamiento a la vez y con cierta frecuencia.

Aunque no hay conclusiones sólidas que demuestren que se trate de una capacidad mental innata, lo que es un hecho es que la tecnología ha avanzado tanto que comunicarse sin hablar ya es una realidad en 2017.

Los neurocientíficos han realizado un experimento rudimentario que aún se aleja bastante del concepto que tenemos de telepatía. Se trata de la utilización de un código binario para conectar dos cerebros. Una persona se puso un casco inalámbrico de EEG (electroencefalografía) y pensó una palabra. El ordenador tradujo la palabra a un código y la envió por correo electrónico a un robot junto a la otra persona. El receptor vio destellos de luz que se correspondían con la palabra, de la que informó al investigador.

Los expertos que han llevado a cabo este experimento consideran que con el tiempo las personas serán capaces de comunicarse con fluidez a través de una versión evolucionada de esta tecnología. Cuando se desarrolle esta innovación tecnológica, los mensajes de texto, e incluso los teléfonos móviles, tendrían los días contados.

Uno de los mayores retos a los que se enfrentan los neurocientíficos es conseguir descifrar los misterios del cerebro humano. Cada persona piensa un concepto de forma diferente, influenciado por las experiencias y recuerdos vitales. Los neurólogos investigan cómo detectar ciertos procesos de pensamiento y usarlos para influir en el individuo de tal forma que pueda desencadenar en su cerebro ciertos pensamientos.

Si se consigue estimular el cerebro, la tecnología no solo revolucionaría la comunicación entre humanos, sino que también podría servir para ayudar a personas que sufren depresión o algún tipo de fobia. Los dispositivos se utilizarían para reconocer ciertos pensamientos en su cerebro y retroalimentar diferentes mensajes que reviertan una situación angustiosa.

El doctor Giulio Ruffini, presidente de la compañía Neuroelectrics, ha asegurado que “hoy podemos provocar fácilmente percepciones simples (por ejemplo destellos de luz, sensaciones al tacto), pero encontrar la manera de hacer lo mismo con entidades más abstractas tales como palabras, imágenes o conceptos más generales es una tarea difícil”. Al menos lo es si solo queremos usar tecnología no invasiva, ya que con con la invasiva, es decir, a través de implantes en el cerebro, es mucho más fácil.

Estos avances son importantes para que otros investigadores puedan seguir desarrollando una tecnología que hasta hace poco parecía más propia de la ciencia ficción.

Emiratos Árabes Unidos tiene un objetivo claro a medio plazo: convertirse en uno de los países más sostenibles del planeta Tierra. Si a ello se suma que en 2021 esperan recibir a 45 millones de personas, de las cuales 31 millones serán turistas internacionales, parece evidente que el sector del turismo ecológico va a recibir un gran impulso en los próximos años.

La compañía Eco Resort Group ha planificado la construcción de resorts de lujo ecológicos en entornos paradisiacos de los EAU y la región MENA (Medio Oriente y el norte de África). Su proyecto más ambicioso es el Oasis Eco Resort, un complejo hotelero en medio del desierto que pretende convertirse en el hotel más ecológico del mundo.

Oasis Eco Resort se construirá en Liwa, la región sur de los EAU, y su apertura está prevista para 2020. El diseño del hotel lleva la firma de Baharash Architecture, un estudio londinense de renombre internacional que ha recibido múltiples reconocimientos por su creatividad y su empeño en diseñar lugares más saludables.

El complejo rodeará un oasis en el desierto simulando la forma de una estrella. Las 84 suites de lujo estarán interconectadas y contarán con terraza al aire libre para poder disfrutar de unas vistas espectaculares. En cuanto a las instalaciones proyectadas, destacan un gimnasio que contará con equipos de última generación, un área de negocios o un spa terapéutico en el que el cliente podrá recibir tratamientos de belleza y bienestar.

Sin duda el gran atractivo del hotel es que está ideado para respetar el medio ambiente y cuidar la salud de sus huéspedes. El agua se extraerá de la tierra por medio de un pozo profundo y el manantial central se utilizará para la cría de peces, el riego de cultivos y todo tipo de actividades recreativas. Sus 47.000 m2 de paneles solares a modo de techo servirán para cubrir las necesidades energéticas y contará también con una zona “cero emisiones” y de tratamiento de residuos. Incluso el agua residual se reciclará para el riego. Por supuesto, todo ello será supervisado por especialistas como biólogos y personal de conservación, que velarán por el mantenimiento del ecosistema y de la vida silvestre nativa.

En el bar y el restaurante, los clientes podrán degustar alimentos que habrán sido cocinados con ingredientes orgánicos cultivados en el pueblo más cercano o en el mismo establecimiento. Los huéspedes podrán pescar en el manantial y cocinar los alimentos con la ayuda de un chef, mientras que las frutas frescas, las verduras, los productos lácteos y la carne serán cuidadosamente seleccionados en las granjas locales. Además de delicias indígenas, la carta también incluirá los platos más selectos de la cocina internacional orgánica.

A los beneficios ambientales hay que añadir otros no menos importantes, tales como los económicos y socio-culturales. El complejo creará oportunidades de empleo para la población local y revitalizará la economía. Además, ayudará a preservar este espacio natural y aumentará la conciencia de los valores medioambientales a través de programas educativos.